sábado, julio 16, 2005

Sábado, 3 am

Viajo cuando sé que en el aire puedo ver el invierno invisible bajo el sol. Me transporto hacia atrás, en el tiempo, en mi habitación, una imágen sin final. En el agua, el dolor de las lluvias que se van, y la calma de las olas sobre mí. Me sumerjo, sin saber, dónde estoy, dónde estás? Buscándote en el infinito del mar.

"Vendrán Lluvias Suaves", Bauer.

Canción que da nombre a mi blog. Una vez hace poco, me tiré en mi cama a escucharla y me imaginé una secuencia de imágenes que acompañaban perfectamente la música. Era la historia de una serie de transformaciones: primero, un pájaro recorre el cielo, sobre las nubes, por eso es celeste, pero en realidad está nublado. Baja, sube, planea, se mezcla con el aire, juega, se divierte. De pronto, baja demasiado, y aterriza en una playa desierta, se transforma en una mujer, vestida de blanco. Hace frío, no sabe bien dónde está, y también se pone a jugar con la arena, camina, corre, rodea, descubre. Soledad absoluta, y observa el mar de repente. Y empieza a meterse, hace la gran Alfonsina, y en eso se transforma en una sirena. Nuevamente juega con el agua, es feliz, va, viene, encuentra una gruta submarina, al entrar encuentra a muchas otras sirenas. Y cuando sale del agua, se da cuenta de que está en su bañadera, que nunca salió de su casa. La historia es bastante simple, pero las imágenes que se me cruzaban eran increíbles. Me encantaría filmar algo así algún día. Algún día. Lejano. Como todo lo que quiero. Siempre en la lejanía.

Wait, I'm gonna give it a break.
O quizás no. Cada día que pasa -voy a decir algo bastante cliché- me convenzo más y más de que todo lo que sucede es por alguna razón, que realmente depende de uno ver lo terrible o lo fantástico de algo. Que siempre está todo metido.
Hola, siempre me encuentro. Me extrañaba, fue un largo tiempo. Viajo, como siempre, aunque no me mueva de mi lugar. La libertad es algo que no negocio, con nadie. Y a veces para conseguir esa libertad hay que viajar. Es la única forma.
Vendrán viajes verdaderos en algún momento, por ahora me conformo con mi pensamiento, mi imaginación, mis delirios, y mis viajes cortos a Mar de las Pampas.
La India, Europa, América latina, África, Rusia, pueden esperar. Yo no puedo esperar. No puedo pensar en nada más que mi futuro, nada más.
Ya lo sabemos, todos tenemos un poco de miedo. Si, pero no importa tanto el miedo.
Ay, me siento tan en casa. En mi hogar, en mi lugar, que es el mundo, la eternidad.
Amo el frío, y la melancolía. Y el amor, cuando es real. Una amiga se va a jugar por la persona que ama como nunca se jugó por nada. Me pone tan feliz eso, que deje su orgullo de lado para intentar recuperarlo. Las locuras de amor son tan hermosas, sobre todo si no son cursis. Y las locas de amor merecen el mayor de mis respetos. Brindo por ellas.
Fin, creo. En tres horas supuestamente parto. Y no hice la valija todavía. Pero bueno, es excusable, fue un día extraño.

Es extraña esta ciudad, o yo estoy fuera de estado?